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Test Papanicolaou (PAP)

El riesgo de padecer cáncer cervicouterino en Chile tiene prevalencia de 1 de cada 10 mujeres adultas. Con el test del Papanicolaou se puede reducir hasta en un 80% el riesgo de incidencia y mortalidad por esta enfermedad.

Es por esto que recomendamos realizar este examen a lo menos 1 vez por año. Sobre todo ahora, luego de la pandemia, ya que postergamos muchas cosas por las restricciones sanitarias, quedando entonces muchas mujeres con un alto riesgo frente a esta enfermedad.

Se recomienda comenzar a realizar este test, luego del inicio de la actividad sexual y más aún si tienes múltiples parejas sexuales.

Sabemos que el test PAP es un test muy incómodo, pero es la única forma conocida que salva a más de 1000 mujeres por año de este, de tener que realizar cirugía muy invasiva, radio y hasta quimioterapia.

La prueba de Papanicolaou, conocida más como test PAP, es un método de cribado cervical utilizado para detectar procesos potencialmente precancerosos y cancerosos en el cuello uterino.

Los hallazgos anormales suelen ir seguidos de procedimientos de diagnóstico más sensibles y, si se justifica, de intervenciones destinadas a prevenir la progresión al cáncer de cuello uterino.

Una prueba de Papanicolaou se realiza abriendo la vagina con un espéculo y recolectando células en la abertura externa del cuello uterino en la zona de transformación (donde las células cervicales escamosas externas se encuentran con las células endocervicales glandulares internas), usando una espátula de Ayre o un citocepillo. Luego de esto, las células recolectadas se examinan bajo un microscopio para buscar anomalías.

El objetivo de esta prueba es detectar cambios potencialmente precancerosos o displasia cervical, causados por el virus del papiloma humano, un virus de ADN de transmisión sexual.

La prueba sigue siendo un método eficaz y ampliamente utilizado para la detección temprana de lesiones precancerosas y de cáncer de cuello uterino.

Las pautas sobre cuándo comenzar la prueba de Papanicolaou son variadas, pero generalmente comienzan en la edad adulta o al momento del inicio de las relaciones sexuales. Las pautas sobre la frecuencia varían de cada tres a cinco años, aunque hoy en día se recomienda realizar por lo menos 1 vez al año.

Si los resultados son anormales, y dependiendo de la naturaleza de la anomalía, es posible que sea necesario repetir la prueba en seis a doce meses. Si la anomalía requiere un examen más detenido, se puede derivar a la paciente para una inspección detallada del cuello uterino mediante colposcopia, que magnifica la vista de las superficies del cuello uterino, la vagina y la vulva. La persona también puede ser remitida a una prueba de ADN del VPH, que puede servir como complemento de la prueba de Papanicolaou.

Si no has tenido un examen PAP en el último año, ponte en contacto con nosotras, cuanto antes.